miércoles, mayo 20, 2009

Algunas consideraciones sobre la segunda reeleccion, o más de lo mismo:

La dimensión política de Colombia, por ser una de las más antiguas democracias del mundo y paradójicamente la mas bombardeada, le da para entender que lo que esta en juego con la segunda reelección del presidente Uribe, son unas elecciones y no un país. Es decir, el talante democrático del pueblo Colombiano no da para suponer que por elegir a Uribe por tercera vez se le está entregando un país, para que haga lo que le da la gana y como le de la gana. Esto no es Venezuela. Esto no es Bolivia. Esto no es Nicaragua. Por favor.

Podemos estar todo lo cerca que sea, pero nos hemos hecho distintos. Nos hemos hecho demócratas a pesar de las carencias. Sobre todo a falta de un adecuado sistema de justicia, lo cual ha sido combustible de devastadoras violencias, y es precisamente contra la última de estas, la de las Farc y sus socios estrato 25, contra lo que otra vez, el gran consenso político colombiano se vuelve a levantar.

Concurrente con lo anterior es el hecho, que sea desde el sistema judicial, desde donde se ataca la democracia, desde donde se pretende desconocer los otros poderes con los más ridículos “procesos”. Por eso es que allí con moldes de oro y como piedra de toque se consagra en distintas sentencias la plena justificación de la violencia como fuente para lograr el poder.

De hay que las dos aprobaciones cuatrienales a Uribe no han sido un cheque en blanco: Acabe con esos hps como sea. No. Han sido la aprobación democrática de un sistema de seguridad. Ahora el pueblo en su sabiduría (propuesta de referendo y si es posible en referendo) está pidiendo la oportunidad de derrotar a la violencia por la vía política, y dejar sentadas las bases de un desarrollo desde el trabajo.