viernes, abril 11, 2008

Entierro de tercera

Ayer asistimos al típico entierro de tercera.

La oficiante: La espantapájaros con el pelo de yeso, mamerta de estrato 25, a la que no le falto detalle: Al muerto si acaso lo mentó y cuando lo mentó le cambió el nombre, eso sin faltar la formidablemente cínica palmadita en la espalda a la viuda.

Triste final para los deudos que aun ni reconocen al cadáver del muerto, todavía sueñan con que esta vivo, y que patatin y patatan. Que comunicado más guevon el de la casa de Nariño

Aquí sobre el cadáver del TLC la dignidad y la vergüenza llaman a defender con vehemencia la causa de la libertad y del trabajo. Porque este entierro no es más que un paso delante de los miserabilistas dueños de la limosna social.

La realidad política señala que el camino es confrontar el avance de los opíparos obispos que aseguran sus rentas al permitirse seguir su banquete altruista sobre la pobreza ajena, al detener la fuerza del trabajo y de la libertad, que son el único medio para producir riqueza y democracia.

Es hay donde también queremos ver el valor del presidente (no solo frente a las señoras del icbf). Enpute. Reconozca su derrota, nuestra derrota, sin ambages. Llame las cosas por su nombre. Felicite a los señores de la limosna de aquí y de allá por asegurarse su capital político: El hambre de muchos y el beneficio de pocos. Gastese ese capital político en esta noble lucha, no lo deje para reelecciones y estatuas.