domingo, mayo 10, 2009

Pais paradójico

Colombia es un país paradójico. Si bien la democracia formal (donde el derecho al voto se va haciendo cada vez más universal) empieza casi que de primero en América, pues se establece en la tercera década del siglo 19; esta nunca se ha podido aclimatar en toda la extensión de su geografía y en todo los tiempos (salvo ahora con Uribe y eso que FALTA). Siempre ha habido quien o quienes se la han pretendido lamber desatando verdaderas carnicerías.

De allí que el país ha tenido la necesidad histórica de cataplasmas que detengan las hemorragias de sangre desatadas por los dementes. Para mentar solo las del siglo 20: El Quinquenio de Reyes y el republicanismo de Restrepo, contra la guerra de los mil días; el frente Nacional, contra la violencia partidista.

Así que el uribismo no es nada contra la natura del ser Colombiano. Por el contrario es la institución más colombiana que hay, es el antídoto que nos hemos inventado contra las violencias desatadas, y esta vez contra la más furiosa, la más canalla la de las farc y sus solapados (creen ellos) promotores de estrato 25.

A favor de la institución de uribismo hay que decir que ha sido la salida más democrática, construida voto a voto, desde los inframundos donde nos sumieron los violentos y sus áulicos. A lo cual hay que añadirle las más profundas realizaciones en lo económico y en lo social y su necesidad de afirmarse. Para lo cual un periodo de 12 años es lo justo para dejar sentadas la bases de una institucionalidad política que den cuenta del verdadero ser demócrata de los colombianos.

Una, dos y tres.